Este espectáculo se compone de varias microescenas donde se quiere simbolizar cómo incluso en la ausencia de palabras o sonidos, todo gesto deja huella. Habla de la memoria, de lo que resuena en nosotros aunque ya no esté presente, y de la capacidad del silencio para contener infinitas voces ocultas. Es una exploración de la huella corporal como eco emocional y existencial.
